Petronila Gómez Aizpurua era zumaiarra de nacimiento, hija de la pescadera María Silvestra Aizpurua y del pescador Ignacio Gómez. Ella también fue pescadera de profesión. Petronila Gómez se casó con Ildefonso Joaquín Rodríguez Tomé y tuvo tres hijos: Luis (el mayor), Joaquín (los franquistas le dieron una tremenda paliza y le dejaron moribundo. A Petronila Gómez le avisaron de la situación de su hijo y se trasladó a Vitoria para ver a su hijo. Cogió a su hijo en brazos y allí murió: tuvo que escuchar "hasta para cogerle tu hijo también eres roja" porque lo cogió con el brazo izquierdo) y Pepe. Al trasladarse a Azkoitia y enviudar, contrajo matrimonio con José Aranbarri "Aldako" y tuvieron un hijo, Jesús Aranbarri Gómez.

A Petronila Gómez, al entrar los franquistas a Azkoitia, le vaciaron la casa de arriba abajo. Para entonces su hijo luchaba en la guerra por la Segunda República. Sin embargo, los franquistas le obligaron a cortarse el pelo y beber aceite de ricino. Después de eso, le obligaron a pasear calle arriba y calle abajo. En estas circunstancias apareció un médico, que probablemente se apellidaba Arsuaga, quien dijo que dejasen a la mujer en paz. Petronila Gómez fue acusada por los franquistas de ser "roja" y tuvo que soportar la represión sexuada bajo pretexto de ello.

La represión no acabó con eso, también tuvo que soportar momentos duros durante la dictadura. Era pescadera y tenía su puesto en el mercado de Azkoitia. Algunos habitantes se acercaban a su establecimiento cuando no tenían dinero para pedir pescado y Petronila Gómez les daba pescado sin recibir dinero a cambio. Los mismos ciudadanos, cuando tenían dinero, acudían a otra pescadería, mostrando a Petronila que tenían dinero en la mano e indicando que iban a comprárselo a la otra pescadera. Dejaron grandes deudas a Petronila Gómez. Además, en varias ocasiones fue perseguida por los franquistas de camino a casa, lanzándole cohetes indicándole que era "roja"; tenía que salir corriendo.

Esto tuvo graves consecuencias para Petronila Gómez. Por la pérdida de la menstruación empezó a agrandarle el vientre. Por aquel entonces, su marido, José Aranbarri, del caserío "Aldako", estaba preso en Juin Torrea (Petronila Gómez iba a llevarle la comida a su marido) y los franquistas se burlaban de Petronila porque pensaban que podía estar embarazada. “11 hilebete ja, astuen bezelakotxie euki ber den ja!” era lo que le decían. Posteriormente, Petronila Gómez fue operada y extirpada de un tumor de 11 kg.